LA CUARESMA: La Pascua - Limpiando La Casa

LA CUARESMA: La Pascua - Limpiando La Casa

Miercoles, 20 de marzo de 2019

En el Antiguo Testamento, Dios mandó al pueblo de Israel a celebrar la Pascua por estatuto perpetuo cada año en memoria: primero, de la salvación de la muerte de sus primogénitos durante la última plaga en Egipto; y segundo, de su liberación de la esclavitud en esa nación (Éxodo 12:14,27,42).

Esta fiesta, con el sacrificio de un cordero inmolado por familia, señala el sacrificio que iba hacer Jesucristo para liberar a todo el mundo de la esclavitud del pecado. Ese cordero representaba a Jesús. En Juan 1:29 leemos: “El siguiente día vio Juan (el Bautista) a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”

Devolvámonos al Antiguo Testamento. En la noche de la primera Pascua, el ángel de la muerte pasó por todas las casas de Egipto para matar a los primogénitos. Pero aquellos que tenían las puertas de sus casas marcadas con la sangre del cordero que habían inmolado, es decir los israelitas, no fueron tocados por muerte.
  
Sin embargo, antes de esa noche de salvación, el Señor mandó al pueblo de Israel hacer algo especial para prepararse para ese evento: era sacar toda la levadura de sus casas, y por siete días no comer nada hecho con levadura. Como lo dice Éxodo 12:15 y 20: “Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel … Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones comeréis panes sin levadura.” La preparación para el milagroso evento de la liberación de la muerte y de la esclavitud en Egipto era que los israelitas sacaran la levadura de sus casas y de sus cuerpos.

¿Por qué será eso? ¿Qué significa la levadura para que Dios les mandara a sacarla de sus casas y no comerla por siete días? Resulta que, cada vez que la levadura se menciona en la Biblia (22 veces en el Antiguo Testamento y 17 veces en el Nuevo), siempre o casi siempre representa el pecado o la maldad. Literalmente, Dios les estaba pidiendo a los israelitas quitar toda la levadura de sus casas y de sus cuerpos físicos, antes de su salida de Egipto. Simbólicamente y espiritualmente hablando, Dios les estaba pidiendo sacar todo el pecado y la maldad de sus casas y de sus vidas antes de la poderosa obra de salvación que iba a efectuar a favor de ellos.

Miremos lo que dice el Apóstol Pablo acerca de este tema en 1 Corintios 5:6-8. “No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.” Aquí vemos que la levadura representa lo viejo, la jactancia, la malicia y la maldad en nuestras vidas. Vemos que nos tenemos que limpiar de esa levadura para ser una masa nueva y pura. Vemos que debemos celebrar la fiesta de la Pascua sin levadura, despojándonos “de todo peso y del pecado que nos asedia” (Hebreos 12:1). Vemos que debemos celebrar con panes sin levadura, es decir con Jesús nuestro “pan de vida” y en una actitud de sinceridad y de verdad. 

Antes de que Jesús llegara con las buenas nuevas de salvación en Él, Dios mandó a Juan el Bautista a predicar el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados (Marcos 1:4).  Su mensaje era que el pueblo de Israel tenía que limpiar sus corazones y dar frutos dignos de arrepentimiento.  Cuando el pueblo había preparado y enderezado el camino del Señor, cuando había confesado y se había arrepentido de sus pecados, llegó Jesús con Su mensaje de salvación.

En estos días antes de Semana Santa, en preparación para la fiesta de la Pascua, hagamos lo mismo. Limpiemos casa. Como el pueblo judío quitaba la levadura de sus casas cada año en preparación para la conmemoración de la Pascua, examinemos también nuestros corazones y saquemos la levadura del pecado que encontramos allí.  Así estaremos preparados para poder experimentar la salvación y la liberación que Jesús, el Cordero de Dios, nos quiere proporcionar.

 (Gracias a Crista Hirmas por sus ideas …)

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