LA CUARESMA: El Escogio Los Clavos - El Regalo de Los Clavos

LA CUARESMA: El Escogio Los Clavos - El Regalo de Los Clavos

Viernes, 5 de abril de 2019

“Es un excelente constructor...El nos ha construido una gran casa. Pero la casa tiene sus fallas. Solo esta semana me di cuenta de ellas. Porque no fue sino hasta esta semana que empecé a vivir en la casa. Una vez que te estableces en un lugar, te percatas de cada detalle...” (ML)

“Al mirar la lista de los errores cometidos por los constructores, pensé en que Dios seguramente está haciendo una lista de mí. Después de todo, ¿no ha hecho El su residencia en mi corazón? Y si veo defectos en mi casa, imagínate lo que El verá en mí. ¿Te atreverías a pensar en la lista que El estará haciendo de tu vida? Los goznes de la puerta del cuarto de oración se han enmohecido debido a que la puerta no se abre casi nunca. La estufa llamada celos está sobrecalentada...El sótano está hasta el tope de secretos...” (ML)

“La lista de nuestras debilidades. ¿Querrías ver la tuya? ¿Te gustaría hacerla pública? ¿Cómo te sentirías si fuera exhibida de modo que todos, incluyendo Cristo mismo, pudieran verla? ¿Quieres que te lleve al momento en que tal cosa ocurrió? Sí, hay una lista de tus fracasos. Cristo ha escrito tus defectos. Y sí, esa lista se ha hecho pública. Pero tú no la has visto. Ni yo tampoco. Ven conmigo al cerro del Calvario y te diré por qué...” (ML)

Pensemos por un momento en “la mano de Dios”. La mano de Dios es una mano poderosa. Esa mano creó los cielos y la tierra, y formó a Adán del barro. Esa mano escribió los 10 Mandamientos en tablas de piedra, derribo la torre de Babel y abrió el Mar Rojo. Esa mano, muchos siglos más tarde, calmó una tempestad, limpió el templo y finalmente derrotó a la muerte. Cuando Cristo fue crucificado ...

“La multitud en la cruz entendió que el propósito al martillar era clavar las manos de Cristo a un madero. Pero esto es solo la mitad de la verdad. No podemos culparlos por no ver la otra mitad. No podían verla. Pero Jesús sí. Y el cielo. Y nosotros. A través de los ojos de la Escritura vemos lo que otros no vieron pero Jesús sí vio.” (ML)

Dice Colosenses 2:14 = “El dejó sin efecto el documento que contenía los cargos contra nosotros. Los tomó y los destruyó, clavándolos a la cruz de Cristo.”

“Entre sus manos y la madera había una lista. Una larga lista. Una lista de nuestras faltas...Una lista de nuestros pecados. Suspendida de la cruz hay una lista detallada de tus pecados. Las malas decisiones del año pasado. Las malas actitudes de la semana pasada. Allí abierta a la luz del día para que todos los que están en el cielo puedan verla, está la lista de tus faltas. Sin embargo, la lista que Dios ha hecho no se puede leer. Las palabras no se pueden descifrar. Los que están al principio de la lista están ocultos por su mano; los de debajo de la lista están cubiertos por su sangre.” (ML)

¿Qué significa esto para nosotros? Significa que nuestros pecados han sido “borroneados” por la poderosa mano y por la sangre de Jesús. Jesús no cerró el puño y no resistió los clavos en las manos porque vio la lista de nuestros pecados, y sabía que el precio de aquellos pecados era la muerte.  Nuestra muerte. Y como no pudo aceptar la idea de pasar la eternidad sin nosotros, escogió los clavos. No fueron los soldados romanos los que mataron a Jesús. No fueron los judíos enfurecidos los que lo crucificaron. Jesús mismo escogió los clavos. Como Salvador...sabía que el propósito del clavo era poner tus pecados donde pudieran ser escondidos por su sacrificio y cubiertos por su sangre.

“La mano de Dios. La poderosa mano de Jesús … La misma mano que calmó el mar calma tu culpa. La misma mano que limpió el templo limpia tu corazón … Y como las manos de Jesús se abrieron para los clavos, las puertas del cielo se abrieron para ti.” (ML)
 
(Libro por Max Lucado, Reflexión por Beverly Ramirez)
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