Dios No Es Incapaz En Medio De Las Ruinas

Dios No Es Incapaz En Medio De Las Ruinas

Domingo, Enero 27 del 2019

 

Escribí esta reflexión hace unos años ya, después de un infarto fulminante de un joven amigo.

 

En ese tiempo, otros amigos estaban recibiendo distintas pero igualmente debilitantes noticias: el cáncer había metastatizado agresivamente, la familia había tenido que separarse por un tiempo mientras uno de los padres buscaba trabajo en otra ciudad o en otro pais, un hijo había sido descubierto en alcohol y drogas... Y la lista seguía y seguía, una tribulación y una aflicción tras otra.

 

Hoy, dos días después del 20avo aniversario de un devastador terremoto que dejó a nuestra ciudad de Armenia, Colombia en escombros, me acordé de esa reflexión - y la verdad que comunica: una verdad que puede traer esperanza y coraje al peso de nuestras propias almas agobiadas; la verdad que, vengase lo que se venga, por más trágicas y desgarradoras que sean las noticias…

 

“Dios no es incapaz en medio de las ruinas”.

 

Cuando un día, totalmente sin esperar, tu vida entra en caída libre y luego se destroza en mil pedazos al golpear la tierra, y te preguntas en desespero: ¿qué voy a hacer? ¿cómo voy a hacer frente a tanto quebrantamiento? ¿cómo seguiré adelante? – aun en esos momentos…

 

“Dios no es incapaz en medio de las ruinas”.

 

Porque creo firmemente algo que leí hace un tiempo: una cita de Eric Liddell, un atleta escocés quien compitió y ganó en las Olimpiadas de Verano en Paris, Francia en 1924; quien posteriormente llegó a ser un misionero y maestro en la China hasta su muerte en 1945 en un campamento japonés de confinamiento de civiles.

 

En su libro Las Disciplinas de la Vida Cristiana, él escribió:

 

“Dios no dice que porque crees en Él, te guardará de dificultades y sufrimiento. Dice, si confías en Él, que te fortalecerá para enfrentar todas las experiencias de vida con un espíritu conquistador. Tendrás recursos secretos de poder a los cuales podrás acudir cuando los necesitas.

 

La vida está llena de experiencias duras, desilusiones amargas, pérdidas inesperadas, tragedias agobiantes…

 

 

Las circunstancias pueden parecer destrozar nuestras vidas

y los planes de Dios,

pero Dios no es incapaz en medio de las ruinas.

Nuestras vidas quebrantadas no están perdidas ni inútiles.

El amor de Dios todavía está obrando.

Él entra y toma la calamidad y la usa victoriosamente,

cumpliendo con Su maravilloso plan de amor.

 

“… a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien...” Siempre Él está en control de la situación. Hay infinito ingenio e infinita capacidad en el amor del Todopoderoso. Muchos hombres han llegado a ser grandes a pesar de, también a causa de, los catástrofes. Esa es la victoria del amor de Dios…”

 

“Las circunstancias” escribe Eric Liddell: las que vienen por desastres naturales, por las realidades de la vida, por el pecado del ser humano en general, o por el pecado de cada uno de nosotros como individuos. Cualquiera que sean esas circunstancias, no importa como hayan llegado a nuestras vidas – muchas parecen “destrozar nuestras vidas y los planes de Dios”. Pero, por definitivos que esos escombros parecen ser, y por completamente devastados que los pensamientos de Dios aparentan ser – “Dios no es incapaz en medio de las ruinas”. Nuestras vidas pueden ser quebrantadas, pero no están perdidas y no serán inútiles para siempre:

 

- ¡porque Dios siempre tiene la ultima palabra! ¡siempre! (“Nuestro Dios está en los cielos y hace lo que le place.” – Salmo 115:39)

 

- porque, aun en medio de la aparente devastación, “el amor de Dios todavía está obrando” (“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” – Jeremías 29:11)

 

- porque Dios siempre “está en control de la situación” (“…Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?” – 2 Crónicas 20:6)

 

- porque Dios tiene el poder de hacer cosas hermosas y útiles de las cosas rotas (“Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.” – Jeremías 18:4)

 

- porque “hay infinito ingenio e infinita capacidad en el amor del Todopoderoso” (“He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír.” – Isaías 59:1)

 

- porque Dios “entra y toma la calamidad [cualquiera que sea] y la usa victoriosamente” (“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…” – Romanos 8:28)

 

Entonces, mi querid@ amig@: ¿dónde estás tú hoy? ¿parado desconcertado o sentado llorando en medio de las aparentes ruinas de tus circunstancias de vida y de los planes de Dios para ti? ¿tu vida un completo caos a tus pies?

 

Toma aliento - ¡no te desesperes! ¡Dios, tu Dios, “no es incapaz en medio de las ruinas”! ¡Tu vida quebrantada “no está perdida ni inútil” para Él, ni para ti! “El amor de Dios todavía está obrando”, Su poder todavía está activado – a tu favor y para tu bien.

 

Vuélvete a Él – reconoce tu necesidad de Él. Extiende tu mano y recibe el consuelo y la paz y la fuerza que Él anhela darte en tus momentos de pérdida y de duelo. Arrepiéntete, si lo debes hacer, de tus errores pasados y tus decisiones equivocadas – y acepta Su perdón y la libertad de la culpa y la vergüenza que Él te quiere regalar. Y luego, confía y descansa en Su deseo y Su habilidad de tornar la calamidad de tu vida en victoria.

 

¿Temes, quizás, que tu circunstancia particular de vida esté más allá de toda esperanza y de todo poder de salvación? Recuerda y cree estas palabras:

 

“Para los hombres esto es imposible;

mas para Dios todo es posible.”

(Mateo 19:26)

 

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