La llave para la vida cristiana es una sed y un hambre por Dios.
Y una de las mayores razones por las cuales la gente no entiende y no experimenta
la soberanía de la gracia
y la manera como obra a través del despertar del gozo soberano
es que la sed y el hambre que tienen por Dios
son demasiado pequeños.
(John Piper)