Voy a Danzar Hasta Que Pare La Musica - El Legado de Geoff Richards

Voy a Danzar Hasta Que Pare La Musica - El Legado de Geoff Richards

Martes, Septiembre 3 del 2019

 

De mi diario devocional de Septiembre 2011:

 

“Nunca antes he conocido a alguien como Geoff Richards. Escucharlo a él me parece ser un poco como quizás fue para María cuando se sentaba a los pies de Jesús y lo escuchaba a El.

 

Geoff es un hombre quien rebosa de VIDA: VIDA abundante, gozosa, confiada, segura, llena de esperanza, y sin miedo. “Voy a danzar hasta que pare la música…” – dicho por un viudo de 68 años, cuya resonancia magnética revela un esqueleto que parece un árbol de Navidad, tan lleno de cáncer está él. Mas sin embargo – mas sin embargo – nunca he conocido a alguien quien rebosa de tanta VIDA, tanta VIDA desbordante. Vive una vida de confianza y seguridad diaria – su fe en un Dios quien lo ama y lo cuida es firme y sólida – gozo y esperanza fluyen de él – en Cristo, no tiene miedo, nada de miedo – vive con tanta autoridad, con un poder y una energía que brotan y fluyen de él como ríos de agua viva… Mientras estoy aquí sentada escuchándolo, de verdad estoy sin palabras – solo tengo un anhelo muy profundo de querer vivir una vida como él la está viviendo, una vida tan arraigada “en Cristo” y tan “no de este mundo”, una vida mucho más rica que cualquier vida que jamás he visto ni experimentado.

 

“Voy a danzar hasta que pare la música aquí en la tierra…”, dice él. Y exactamente así es: a pesar de la realidad de sus circunstancias tan difíciles, ¡él está danzando! ¡toda su vida es una danza llena de gozo, de esperanza y de aventura!

 

 

Mientras la vida mía, en este momento, es una marcha ardua y fatigosa – no una danza. Un lento y pesado arrastrarme – no un paso ligero y alegre. Un avanzar muy despacio, retenido y agobiado por un centenar de angustias y un millar de miedos, todos los cuales me paralizan y me incapacitan hasta el punto de casi-total ineficacia. Como anhelo la danza abundante y llena de vida que Geoff experimenta y expresa cada vez que nos encontramos…”

 

Escribí esas palabras hace cinco años. Geoff Richards sí siguió danzando hasta que paró la música para él aquí en la tierra. Hace unas semanas, fue llamado a su hogar eterno en el cielo para continuar la danza allá.

 

Y en cuanto a mi: mi arrastrarme y mi avanzar se han aligerado a través de los años. Lentamente, muy lentamente, estoy aprendiendo a confiar en el eterno amor y la perpetua fidelidad de Dios sobre mi. Lentamente, muy muy lentamente, estoy aprendiendo a dejar mis ansiedades y mis temores al pie de la cruz de Jesús, y a conocer Su paz que sobrepasa todo entendimiento mientras ella guarda mi mente y mi corazón en Cristo. No danzo tan ligero ni tan gozoso como Geoff antes lo hacia – pero sí estoy aprendiendo los pasos, aligerando mis cargas, y encontrando libertad y gozo en mi confianza en Aquel quien es eternamente bueno y misericordioso hacia mi.

 

Ojalá un día podré decir, así como Geoff lo decía: “Voy a danzar hasta que pare la música para mi aquí en la tierra. Y luego, seguiré danzando en el cielo.”

 

“Tú cambiaste mi duelo en alegre danza;

me quitaste la ropa de luto y me vestiste de alegría,

para que yo te cante alabanzas y no me quede callado.

Oh Señor, mi Dios, ¡por siempre te daré gracias!”

(Salmo 30:11-12)

+ 180° PARA LEER