Y Su Nombre Sera: El Senor

Y Su Nombre Sera: El Senor

Martes, Diciembre 17 del 2019

 

 

Dice el Evangelio según San Lucas: “Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Senor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: !Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (2:8-14)

 

La palabra Senor ocurre 696 veces en el Nuevo Testamento, y casi siempre se refiere a Jesucristo. No es propiamente un nombre, sino un título. Senor en el griego es “kurios”, y tiene un rango de significados.

 

Kurios” se utiliza como la manera normal y respetuosa para dirigirse a un hombre – es decir, el común “señor” en español.

 

Kurios” es una palabra usada para describir propiedad absoluta. En tiempos antiguos, el hombre que poseía una casa, un terreno, unos animales o un esclavo era un señor. Cuando los ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento de un Salvador en la ciudad de Belén, lo llamaron "Kurios" o Cristo el Senor – porque estaban anunciando al recién-nacido niño Jesús como dueño absoluto de todas las cosas. Nosotros no nos pertenecemos a nosotros mismos – pertenecemos a Cristo el Señor,  porque solo Él es nuestro propietario y dueño. Dice el Salmo 100:3, “Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo; y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de su prado.”

 

Kurios” también es una designación de soberanía y autoridad. En la época bíblica, fue un título de distinción entre un amo y su esclavo. El amo tenía todo el poder y todo el control sobre su siervo – podía comprarlo y mandarlo y venderlo como él quería. El amo ordenaba – y el esclavo obedecía.  Cuando los ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento de un Salvador en la ciudad de Belén, lo llamaron “Kurios”, o Cristo el Senor – porque sabían y entendían que este niño nació con el poderío y el dominio de todo el universo sobre Sus hombros. Cristo el Senor ordena y manda – y nosotros, Sus siervos, debemos responder en obediencia. Cristo es nuestro amo y nuestro Senor – y debemos rendirnos a Él en humildad y sometimiento. Él quiere dominar nuestras vidas, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras actitudes y nuestros horarios. No con agresión y hostilidad, sino con sabiduría y amor. Quiere que todos lleguemos a decir, como Maria: “He aquí la sierva del Senor; hágase conmigo conforme a tu palabra.” (Lucas 1:38) O que digamos como el discípulo Tomas: “¡¡¡Senor mío, y Dios mío!!!” (Juan 20:28)

 

C.T. Studd, misionero a la China, a la India y al África durante los siglos 19 y 20, lo manifestó así: “Si Jesucristo es Dios y murió por mí, entonces no hay sacrificio demasiado grande que yo pueda hacer para Él.”

 

Que todos nosotros, como C.T. Studd, estemos dispuestos a sacrificarlo todo por Cristo el Senor, porque Él ya sacrificó todo por nosotros. 

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