En la vida no hay verdadero camino hacia adelante sino por la senda de la justicia. Lo que es correcto y bueno va como heraldo delante de Dios, porque El solo puede avanzar donde lo correcto y lo justo, que son Su misma esencia, vayan delante de El.
Como dice el Salmo 89:14: La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono, y tus heraldos, el amor y la verdad. Lo que es justo y derecho es lo que Dios es - y son los cimientos de Su reino y Su reinado. Y junto con la justicia, dondequiera que El se mueva, la misericordia y la verdad van delante de El.
Y donde va Dios, deberíamos ir nosotros. Donde llevan Sus pasos, nosotros deberíamos seguir. Porque si la justicia y la rectitud no van delante de nosotros también, no puede haber avance y progreso hacia la verdad y el amor.
Miqueas 6:8 dice: Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. Primero, un espíritu rendido y manso ante Dios mientras Le seguimos y mientras caminamos junto con El día tras día. Lo que implica, luego, un amor y una pasión crecientes por misericordia y bondad hacia nuestro prójimo. Y que también asume unas acciones de justicia y de equidad hacia todos. El hecho de que Dios sea misericordioso y justo, significa que nosotros también deberíamos seguirle en Sus pasos de bondad y de justicia.
