LA CUARESMA: Dia 16 - Jesucristo, y Este Crucificado

LA CUARESMA: Dia 16 - Jesucristo, y Este Crucificado

Sábado, 18 de marzo del 2017

Hemos llegado al Día 16 de la Cuaresma – casi la mitad de nuestro peregrinaje de 40 días hacia la Semana Santa. En estos primeros 15 días de reflexiones y escritos que ya han pasado, me he dado cuenta que hay tantas ideas y tantos temas que uno podría desarrollar. ¿Por dónde dirijo mis pensamientos? ¿Hacia dónde encamino mis mensajes? ¿Hablo de esto? ¿Escribo de eso? Y oro: “Espíritu Santo, ilumíname para entender sobre que meditar, por donde orientar nuestras reflexiones cuaresmales.”

Y por eso, hace unos días quedé pensando en las palabras del apóstol Pablo a los creyentes en Corintio cuando les dijo: “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder; para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” (1 Corintios 2:1-5)

Pablo, con todos sus estudios y con toda su oratoria, se propuso no hablar de nada sino de Jesucristo crucificado. Podría haber hablado sobre tantas temáticas valiosas acerca de Dios y de la vida del ser humano. Pero decidió no saber cosa alguna sino a Jesús y su sacrificio en la cruz, porque entendió que no hay tema más fundamental y más trascendental en el universo. “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” (1 Corintios 1:18)

Además, Pablo sabía que su predicación y sus enseñanzas no podían ser con excelencia de palabras, ni con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder – si él quería que su testimonio de Dios llegara al corazón de sus oyentes. En su debilidad, en su temor y temblor, el poder del Espíritu de Cristo en él brillaría mucho más. Así como Dios se lo manifestó más adelante cuando le declaró: “ … Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.” A lo cual Pablo afirmó: “Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” (2 Corintios 12:9)

Por eso creo y siento que nuestras reflexiones cuaresmales deberían de ir apuntando más y más hacia Jesucristo crucificado. Por eso, pienso y oro y escribo con temor y temblor, para que nuestra fe no se fundamente en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” (Juan 3:16,17) “En esto hemos conocido el amor; en que él puso su vida por nosotros …” (1 Juan 3:16)

Afirma el libro El Me Ama acerca de Jesucristo crucificado: “Es tan importante entender la muerte de Jesús en la cruz como un acto de amor por ti, y no solamente como un acto de satisfacer la justicia de Dios … La puerta de entrada al amor del Padre comienza en la cruz. Ver lo que el Padre y el Hijo llevaron a cabo juntos en ese momento de clímax define al amor de una manera que tú sólo puedes experimentar en Él … Entonces descubrirás que la vida en Dios se levanta a partir de tu seguridad en su amor, no de tu inseguridad de que tú no lo amas lo suficiente.”

Amados: que en estos 24 días de la Cuaresma que nos restan podamos concentrar nuestra mirada y nuestras meditaciones en Jesucristo crucificado – que nuestra comprensión del sacrificio de justicia y del amor del Hijo de Dios en la cruz se profundice, que nos cautive y que nos transforme “mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros …” (Efesios 3:20) Amen.

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