Tener hambre y sed de justicia
es cuando no hay nada en el mundo
que nos pueda fascinar tanto
como estar cerca de Dios.
(Smith Wigglesworth)
"Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti,
para que habite en tus atrios;
seremos saciados del bien de tu casa,
de tu santo templo."
(Salmo 65:4)