El Día Internacional de la Mujer Trabajadora o Día Internacional de la Mujer se celebra el 8 de marzo. La primera convocatoria tuvo lugar en 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de un millón de personas, que exigieron para las mujeres el derecho de voto y el de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral. En 1977 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Ese día se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. (Tomado de Wikipedia)

Que significativo es poder tomar en todo el mundo un día especial del año para celebrar a  la mujer – no la mujer como madre, no la mujer como amante y amiga, sino la mujer como persona y como trabajadora. Igual al hombre en esencia y valor, aunque diferente en funciones – los dos creados a la imagen de Dios; los dos bendecidos para fructificar y multiplicarse, y para sojuzgar y señorear en la tierra, juntos (Génesis 1:27,28).

Tristemente, con la Caída de Adán y Eva en el huerto del Edén, el pecado en todas sus formas y en toda su maldad entró en la vida terrenal. Y de allí: la desigualdad, el maltrato, la opresión, el abuso, la violencia entre todos los seres humanos, pero sobre todo, contra las mujeres.

Gracias a Dios, la vida y la muerte y la resurrección de Jesús han vuelto a traer reconciliación y restauración a la vida de la mujer. Como dice Gálatas 3:28 – ““Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” En Juan 10:10,11 Jesús declara que El es el buen pastor que ha venido para que todas sus ovejas tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Sea ama de casa en Norte América , una mujer profesional ejerciendo la carrera en Europa, una obrera en una fábrica en Asia, o una mujer laborando la tierra en el África – TODAS somos preciosas y valiosas. Dios mismo lo dice en Isaías 43:3,4 – “Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador … porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé …” Fuimos creadas a la semejanza de Dios. Fuimos redimidas de pecado y salvadas por la sangre de Jesús. Somos cada una templo del Espíritu Santo.

“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotras, ¿quién contra nosotras? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todas nosotras, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?” (Romanos 8:31,32)

Hoy, más que luchar por la igualdad, más que pelear por un buen trato y unos derechos (aunque esto también se debe hacer…), esforcémonos para que todas las mujeres a nuestro alrededor conozcan a Jesús, Salvador y Señor. Él, y solo Él, es la fuente de toda esperanza, de todo gozo, de toda paz, de todo amor. Él, y solo Él, es la respuesta a las necesidades y a los anhelos más profundos en el corazón de toda mujer.

Si estás leyendo esto, y eres mujer: ¡FELIZ DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER! Que te sientas celebrada, apreciada y amada hoy.

Si estás leyendo esto, y eres hombre: felicita a las mujeres alrededor tuyo, y exprésales con palabras y hechos el valor que ellas tienen para ti.

Su Pastora, Beverly