La Cuaresma Dia 8 - VIDA DE CRISTO, por Fulton Sheen
LA CUARESMA DIA 8 – Jueves Marzo 9
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“Muchos fueron los intentos que se hicieron contra la vida de Jesucristo, sobre todo cuando declaró ser el Hijo de Dios. Pero su muerte quedó formalmente decidida cuando manifestó el poder que poseÃa sobre la muerte al resucitar a Lázaro. “Asà que desde aquel dÃa tomaron el acuerdo de hacerle morir.†(Juan 11:53)
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Antes solÃa hablar primero de su muerte y luego de su resurrección. Esta vez habló primero de su resurrección cuando sus enemigos aludieron a su muerte. La tumba vacÃa de Lázaro suscitó la resolución de dar una cruz a Jesús; pero Él, a su vez, darÃa la cruz a cambio de la tumba vacÃa.
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No era la primera vez que hablaba de su resurrección. En los primeros dÃas de su vida pública, cuando dio alimento a las multitudes y se prometió a sà mismo como el Pan de Vida, dijo que darÃa resurrección a otros: “Pues que ésta es la voluntad de mi Padre, que todo aquel que ve al Hijo y cree en Él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el dÃa postrero...†(Juan 6:40) Estas palabras trascendÃan las predicciones de su propia resurrección; era una afirmación de que todos los que creyeran en Él y vivieran por medio de una vida resucitada gozarÃan de la resurrección por medio de su poder.
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Anteriormente habÃa resucitado ya a otras personas de entre los muertos. Una fue la hija de Jairo, la otra fue el hijo de la viuda de NaÃm. La primera acababa de morir; el segundo estaba ya en su ataúd; pero la resurrección más sorprendente fue la de Lázaro.
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Cuando nuestro Señor llegó a Betania, ya hacÃa cuatro dÃas que Lázaro estaba enterrado… Al saber la llegada de Jesús, Marta, la activa, se levantó y corrió presurosa a su encuentro, mientras permanecÃa MarÃa en la casa. Marta habÃa confiado un poco en el poder de Jesús, pero solamente un poco, puesto que le habló asÃ: “Si hubieras estado aquÃ, no hubiese muerto mi hermano.†(Juan 11:22) Al decirle a nuestro Señor que su hermano resucitarÃa, Marta convino en que asà serÃa, en efecto, en la resurrección general del último dÃa. Marta, aunque creÃa en la resurrección, no sabÃa que la Resurrección estaba delante de ella… “Yo soy la resurrección y la vida.†(Juan 11:25)… Al combinar ambas cosas, afirmó que en Él hay una vida que, al morir, se eleva a la perfección; por lo tanto, la muerte no era el fin, sino el preludio de una resurrección a una vida nueva y cabal.
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Lázaro salió de la tumba envuelto con vendas y el rostro cubierto con un sudario; las manos amorosas de sus hermanas le despojaron de tales trabas, y el que habÃa estado cautivo por la muerte fue restablecido a la vida. AllÃ, a la plena luz del dÃa, en presencia de testigos hostiles a Jesús, fue resucitado un hombre que habÃa estado muerto por espacio de cuatro dÃas.
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De la misma manera que el sol brilla sobre el barro y lo endurece, y brilla sobre la cera y la ablanda, asà este gran milagro de nuestro Señor endureció algunos corazones para la incredulidad y ablandó a otros para la fe. Algunos creyeron, pero el efecto general de aquel milagro fue que los judÃos decidieron condenar a muerte a Jesús.
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Caifás, el sumo sacerdote… les ofreció una solución que contenÃa más verdad de lo que él mismo sospechaba. “Vosotros no sabéis nada, ni consideráis que nos conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.†(Juan 11:49-50)… Poco sospechaba Caifás el verdadero significado de sus propias palabras, ya que efectivamente convenÃa que un solo hombre muriera por toda la nación para que toda la nación no pereciera... Caifás afirmaba, aunque inconscientemente, que Cristo era una vÃctima ofrecida por el pueblo judÃo y por toda la gente. u muerte serÃa una muerte vicaria, muerte por otros; su vida serÃa un sacrificio ofrecido para el bien de otros… Nuestro Señor habÃa dicho que venÃa a dar su vida en rescate por la humanidad pecadora; Caifás lo dijo también, aunque sin darse cuenta de lo que estaba afirmando. El Buen Pastor morirÃa a fin de que hubiera “un solo rebaño y un solo pastorâ€.
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Una resurrección fue lo que selló su muerte. Puesto que una piedra acababa de ser quitada de un sepulcro y un hombre era llamado para que volviera a la vida, las autoridades decretaban ahora que una piedra estuviera preparada para cerrar el sepulcro de Jesús.â€
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(Capitulo 31, pgs. 295-305)
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