Aca Abajo Los Brazos Eternos

Aca Abajo Los Brazos Eternos

Martes, mayo 22 del 2012

Una de mis dos amigas con cáncer está agonizando … Que Dios tenga misericordia de ella y la lleve pronto a Su presencia en el cielo.

Al pensar en ella en estos días, y en los seres amados que dejará atrás, me acordé de unas palabras de Deuteronomio 33:27ª que dicen: “El eterno Dios es tu refugio, y acá abajo los brazos eternos…”

El enfoque en esta porción de la Palabra de Dios está en la “eternidad” de Dios – dos de las doce palabras son “eterno” y “eternos”. Dios es sempiterno y perpetuo – no es que está hoy, pero mañana ya no – no está por solo un momento – no está por unos días, o meses, o aun años – no está solo cuando todo anda bien, y estamos bien delante de Dios. Siempre ha sido, siempre es, y siempre será. Siempre está en todo momento, en todo lugar, en todas las circunstancias. Por toda la eternidad, DIOS ES y DIOS ESTÁ.
 
Y unida a la “eternidad” de Dios es Su “inmutabilidad” – es decir, el hecho y la verdad de que nunca cambia. Él mismo lo dice de Sí en Malaquías 3:6 cuando declara: “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.” Su esencia, Sus atributos, Sus planes, Sus promesas nunca cambian. Y por eso, para siempre puede ser y es una pronta ayuda para los que están padeciendo, como lo dice Hebreos 13:5b,6: “ … No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré …”

Este versículo bíblico dice que el eterno Dios “es tu refugio…” ¿Qué es un refugio? Según el diccionario Merriam-Webster, es un lugar seguro para huir del peligro – es un albergue para escaparse del apuro – es una fuente de consuelo, de alivio y de ayuda en tiempos de dificultad.
 
El Salmo 46:7,11 y 1 dice: “Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.” – "Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.”

El Salmo 9:9 dice: “Jehová será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia.”

Ese es nuestro eterno Dios – un lugar permanente y seguro adonde podemos huir cuando hay peligro alrededor nuestro; un albergue adonde siempre nos podemos escapar en los apuros de la vida; una fuente reconfortante de alivio y ayuda en tiempos de dificultad.

Tiempos de dificultad: como cuando caemos. ¿Habrá alguien en este mundo que nunca se haya tropezado y caído? Claro que no. De bebé, caemos cuando estamos aprendiendo a caminar. De niño, caemos cuando aprendemos a andar en bicicleta o en patineta. Y seguimos tropezando y cayendo el resto de nuestras vidas: quizás ya no tanto físicamente; pero en algún momento, sí caemos en pecado, caemos en confusión, caemos en angustias y temores, caemos en aflicción, caemos en desesperación, caemos en duelo.

Pero, no importa si caemos. No importa de dónde ni en qué caemos. Ni importa cuán abajo caemos. Porque nuestro Dios, el eterno e inmutable Dios, siempre estará allá para coger y agarrarnos. Porque “acá abajo los brazos eternos” – los brazos que pueden ir aun más abajo que nuestras caídas para sostenernos y volver a levantarnos.

Amig@: visualiza esta verdad. Tu caída, por más baja y profunda que sea, no puede ser más abajo ni más profunda que los brazos del eterno Dios que te puedan recoger, sujetar y amparar.

¿Has caído en pecado? “ … mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia …” (Romanos 5:20)

¿Has caído en temores y angustias? “Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores … Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias.” (Salmo 34:4,6)

¿Has caído en aflicción? “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová. El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.” (Salmo 34:19,20)

¿Has caído en duelo? “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones … Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.” (2 Corintios 1:3-5)

Amig@: sea tu caída como sea – de dónde sea - hasta dónde sea – Dios quiere y puede levantarte. “¿Quién como Jehová nuestro Dios, que se sienta en las alturas, que se humilla a mirar en el cielo y en la tierra? El levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del muladar, para hacerlos sentar con los príncipes … Aleluya.” (Salmo 113:5-9)
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