Atrevete a Tener Un Espiritu Bereano

Atrevete a Tener Un Espiritu Bereano

Lunes, julio 23 del 2012

Aunque no los conozco personalmente, los ciudadanos de la antigua ciudad de Berea me parecen haber sido unas personas admirables.

En los tiempos de la iglesia primitiva en el Nuevo Testamento, Berea, ahora conocido como Veria, era una pequeña ciudad que se encontraba en Macedonia, ahora parte de la Grecia. El nombre “Berea” significaba “un lugar de muchas aguas”, seguramente porque la ciudad recibía mucha agua de las montañas y los ríos alrededor. Estaba cerca de la ciudad de Tesalónica, lugar donde los judíos no creían en el mensaje del apóstol Pablo de que Jesús era el Cristo – ellos, teniendo celos, alborotaron al pueblo y a las autoridades de la ciudad, diciendo que Pablo, Silas y Timoteo habían venido a trastornar el mundo entero. Fue desde Tesalónica que los hermanos cristianos tuvieron que enviar, inmediatamente y de noche, a Pablo y Silas hasta Berea para salvarles la vida de la turba, los asaltos y los gritos de los tesalonicenses. (Hechos 17: 1-10a)

Pero Berea, a solo 73 kilómetros de Tesalónica, era una ciudad muy distinta. Como era la costumbre de Pablo ir primero a la sinagoga de los judíos en cualquier lugar al cual llegaba, así lo hizo también en Berea. Pero, mientras en Tesalónica tuvo que discutir y explicar y presentar evidencia por medio de las Escrituras por tres días de reposo y aun así solo algunos de los judíos creyeron, en Berea Pablo anunció por solo un día de reposo la Palabra de Dios y los judíos “recibieron la palabra con toda solicitud”, es decir con mucho entusiasmo y agrado. Al escudriñar cada día las Escrituras para ver si las cosas eran así como Pablo las predicaba, y al descubrir que sí, “creyeron muchos de ellos”. Después de tan mala experiencia en Tesalónica, Pablo debería haber sentido que llegó a “un lugar de muchas aguas” espirituales muy refrescantes cuando llegó a Berea. (Hechos 17:2-4, 10-12)

¿La razón que da el escritor Lucas por esa receptividad a la Verdad? Los bereanos eran nobles y estudiosos. Eran hombres de un carácter honrado y respetuoso, de unos principios sinceros y bondadosos, “más nobles que los que estaban en Tesalónica”. Parecen haber sido hombres motivados por su conocimiento de y amor a la Palabra, hombres que fervientemente esperaban al Mesías prometido y profetizado en el Antiguo Testamento, hombres que genuinamente querían vivir lo que la Palabra dice. Tenían una mente abierta y humilde, estudiosa y receptiva: escuchaban cualquier mensaje, pero antes de recibirlo y aceptarlo lo escudriñaban y examinaban con cuidado y diligencia para asegurarse de que concordaba con la verdad de la Palabra de Dios. 

No eran como muchos judíos en otras ciudades como Tesalónica, quienes se movían por celos porque se preocupaban más por su propia posición, poder y prestigio social. Los judíos tesalonicenses, amenazados por e incapaces de refutar el mensaje,  atacaron al mensajero usando calumnias y acusaciones falsas, manipulación, intimidación, asaltos y gritos – su único objetivo siendo el querer silenciar una Verdad que no les convenía.

Amig@: ¿tienes un carácter noble como los judíos bereanos? ¿o te incomodas, te enojas y te exaltas cuando tus creencias y tu bienestar son confrontados? ¿Crees todo lo que escuchas y lees, o lo estudias y lo escudriñas para asegurar de que concuerde con la Palabra de Dios?

Amig@: no te opones a la Verdad porque te incomoda o te desafía, así como lo hicieron los judíos tesalonicenses – pero tampoco “traga entero” todo lo que escuchas, sino investiga si en verdad lo que se está diciendo es correcto según la Palabra de Dios, así como lo hicieron los judíos bereanos.

Como dice Hebreos 5:11-14 = “Nos gustaría decir mucho más sobre este tema, pero es difícil de explicar, sobre todo porque ustedes son torpes espiritualmente y tal parece que no escuchan. Hace tanto que son creyentes que ya deberían estar enseñando a otros. En cambio, necesitan que alguien vuelva a enseñarles las cosas básicas de la palabra de Dios. Son como niños pequeños que necesitan leche y no pueden comer alimento sólido. Pues el que se alimenta de leche sigue siendo bebé y no sabe cómo hacer lo correcto. El alimento sólido es para los que son maduros, los que a fuerza de práctica están capacitados para distinguir entre lo bueno y lo malo.”

Que nuestro Dios nos de a cada uno la nobleza y la gracia de los bereanos – un carácter honrado y respetuoso, abierto y humilde, estudioso y diligente. Que podamos escuchar con  cuidado y discernimiento los mensajes alrededor nuestro – que podamos escudriñarlos y examinarlos con sabiduría por medio de las Escrituras – y que podamos recibirlos con toda solicitud cuando concuerdan con la Verdad de la Palabra de Dios.

Amig@: atrévete a tener un espíritu bereano.

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