Salmo 33:1 - Y Doña Josefa

Salmo 33:1 - Y Doña Josefa

Lunes Mayo 22, 2023

 

No he ni empezado en forma todavía, y ya siento que me estoy desmayando en el intento: ¿cómo voy a memorizar todo un salmo de 22 versículos?

Hacia muchos años ya, antes del culto en nuestra iglesia un domingo, tuve el inmenso privilegio de hablar por unos minutos con Doña Josefa.

Doña Josefa no era cualquiera en nuestra congregación. De hecho, nadie en nuestra comunidad era “cualquiera”. Pero Doña Josefa era especial – muy especial. Porque Doña Josefa era la persona de mayor edad que asistía fielmente a nuestra iglesia. Ella tenía 97 años. Si! 97 años!

Ella era tatarabuela! Sus nietos ya tenían nietos! Había sido una viuda por mucho, mucho tiempo ya. Hacía muchos años, había enterrado a dos de sus tres hijos. Y en ese entonces, el único hijo viviente había regresado a Colombia desde los EEUU para llevársela con él a Nueva York. Y ella estaba dispuesta a hacer el viaje. Tenía 97 años, y estaba dispuesta a ir a vivir en otro país!

Pero no solo eso. Era una increíble mujer de Dios. Amaba venir a nuestra iglesia cada domingo, amaba adorar al Señor, y amaba escuchar la predicación de Su palabra – y a su edad tan madura ya, todavía era completamente lucida y capaz de participar con entendimiento y gozo! Al final de un sermón de mi esposo un domingo, fue ella quien gritó “aleluya” cuando él preguntó cuantos estaban dispuestos a “Levantarse y Pasar Este Jordán”!

Un día hace muchos años, Doña Josefa se paró delante de toda nuestra congregación y recitó el Salmo 95 para nosotros. Otro día, sentada y hablando con ella por unos momentos, me preguntó si podía recitar el Salmo 27 para mi – y lo hizo, el salmo entero, perfectamente!

La miré, tomé su hermosa cara en mis dos manos, le di un beso en la frente – y le dije que ella era mi inspiración. Si Doña Josefa con sus 97 años podía memorizar varios salmos y guardarlos en el corazón, ¿no podría yo también memorizar al menos el Salmo 33?

 

Entonces: no voy a vacilar más, no voy a desmayarme más. ¡Vamos pues pa’ adelante!

 

“Alegraos, oh justos, en Jehová;

En los íntegros es hermosa la alabanza.”

(Salmo 33:1)

 

Léelo de nuevo. Léelo varias veces, hasta que lo tengas memorizado. Si quieres, baja la imagen con el versículo a tu celular o tu computador, para que lo tengas a la mano, y lo puedas recordar más fácilmente.

Ahora… ¿Quiénes son los justos? ¿Los que siempre hacen lo correcto? ¿Los que nunca se equivocan? ¡No! Somos los que sabemos y reconocemos que somos pecadores – que decimos y hacemos lo que no debemos, y no decimos y no hacemos lo que sí deberíamos. Pero somos llamados “justos” porque somos justificados por Jesús: Su perfecta justicia nos cubre y nos hace aceptables delante de Dios.

¿Y quiénes son los íntegros? ¿Los perfectos? ¡No! Definitivamente, ¡no! Somos los que, aceptando nuestro estado de pecador, confesamos y nos arrepentimos con honestidad de nuestros errores. Somos los que sabemos que somos aceptados delante de El no por nuestras buenas palabras ni por nuestras buenas obras, sino por la mera gracia de Dios.

¿Eres justo? ¿Eres integro? Entonces, el salmista a ti y a mi nos llama a alegrarnos en Dios – por vernos no como somos en realidad, sino como el perfecto y santo Jesús nos declara que somos delante de El. Y el salmista nos llama a ofrecerle una alabanza que es hermosa y apropiada – una alabanza que sube como fragante aroma delante de El.

Como lo dice también el Salmo 68:3 = “Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, y saltarán de alegría.”

Entonces querido amigo: hoy, y todos los días, alégrate en Dios – y alábale. El te ve como hijo justo, como hija integra – y en ti, la alabanza a El se ve hermosa!

Recuerda a Doña Josefa - y deja que ella sea tu inspiracion tambien!

¡A memorizarlo hoy! ¡Y a vivirlo esta semana!

 

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