Dios entra en cada momento de maneras improbables, y siempre tenemos la oportunidad de escoger si, finalmente, agitamos ramas de palma en honesta alabanza o si siempre y solo agitamos un martillo en enojada protesta. @annvoskamp
Sí. La decisión siempre es nuestra.
¿Vemos a Dios moviéndose, lo escuchamos hablando, en los lugares inesperados e improbables de nuestras vidas - y Le agradecemos y Le alabamos por ello? ¿O decidimos aún ni buscarlo allí, ni escucharlo allí - y así, perdemos por completo la oportunidad de encontrarnos con la Divinidad, y solo y para siempre agitamos los puños con furia ante El y ante la vida?
La decisión siempre es nuestra.
¿Qué vamos a agitar en nuestros corazones y en nuestras manos hoy?