Si tú no tienes sed (de Dios), solo tomando tendrás sed. Cuando no quieres leer la Palabra, léela de todos modos. Cuando no quieres alabar a Dios, alábalo de todos modos. Cuando no te inclinas a agradecer, agradécele de todos modos. Cuando no te inclinas a orar, sigue orando. Porque es en el hacer que te llega el desear.