Haber encontrado a Dios y seguirlo buscando es la paradoja de amor del alma, despreciada ciertamente por los religiosos facilmente satisfechos, pero confirmada en experiencia viva por los hijos del corazón ardiente.
(A.W.Tozer: 1897-1963, The Pursuit of God, pp.14,15)
Escribe el Dr. Keith Price en su libro “Sedientos de Dios” acerca del Dr. A.W.Tozer, su mentor: “Las calles de Toronto (Canada) llegaron a ser tierra santa en esas mañanas especiales. Aunque mucha gente leía sus libros, el me enseñó a ser un hombre de un solo Libro … Aprendí a remover ese fuego santo dentro de mi corazón y dentro del corazón de otros … Si, Tozer era mi modelo, mi ejemplo. Pasó tiempo conmigo. Era paciente conmigo. Oró por mí. Me enseñó a cavar los pozos antiguos; llamar a la gente a que regrese a las sendas antiguas … El influyó profundamente en mi vida y en mi ministerio y seré eternamente agradecido.”
Y más adelante Keith Price anota: "Mientras escribo, casi puedo escuchar al Dr. Tozer respirándome en la nuca: "Joven, ¡simplemente porque has encontrado a Dios, esa no es razón suficiente para parar de buscarlo!""
