“El recuento de la primera Navidad según el Evangelio de Lucas está lleno de actividad … Sin embargo, en medio del ajetreo frenético, aquí hay una mujer envuelta en un silencio místico … Ella demuestra la necesidad de un lugar quieto dentro de nosotros en la época de Navidad – ese lugar donde más somos nosotros mismos en relación con Dios. Es un lugar de silencio, no porque no sea tocado por toda la actividad de nuestras vidas, sino porque es capaz de asombro. Cada oración empieza con asombro y silencio antes de que se torne en palabras. Nuestra primera respuesta a Dios es un sobrecogimiento pasmado por lo que El es y por lo que Él ha hecho por nosotros.”
(William Frebuger, de “Making Christmas a Saving Event”)
