“Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios;
porque por tu pecado has caído.
Llevad con vosotros palabras de súplica,
y volved a Jehová,
y decidle:
Quita toda iniquidad,
y acepta el bien,
y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios …
Yo sanaré su rebelión,
los amaré de pura gracia;
porque mi ira se apartó de ellos.
Yo seré a Israel como rocío;
él florecerá como lirio,
y extenderá sus raíces como el Líbano.”
(Uno de los pasajes al cual mi esposo hizo referencia
en el sermon de ayer en nuestra iglesia -
¡tan hermoso!)