“Por eso pues, ahora, dice Jehová,
convertíos a mí con todo vuestro corazón,
con ayuno y lloro y lamento.
Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos,
y convertíos a Jehová vuestro Dios;
porque misericordioso es y clemente,
tardo para la ira y grande en misericordia,
y que se duele del castigo.
¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá
y dejará bendición tras de él,
esto es, ofrenda y libación para Jehová vuestro Dios?”