“Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo
para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por él.
El que en él cree, no es condenado;
pero el que no cree, ya ha sido condenado,
porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Y esta es la condenación:
que la luz vino al mundo,
y los hombres amaron más las tinieblas que la luz,
porque sus obras eran malas.
Porque todo aquel que hace lo malo,
aborrece la luz y no viene a la luz,
para que sus obras no sean reprendidas.
Mas el que practica la verdad viene a la luz,
para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.”
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