Tejedoras de Corazones

Tejedoras de Corazones

Jueves, septiembre 20 del 2012

Recién llegada al Canadá, en la casa de mis amigos Brent y Jennifer en London, vi una canastica en forma de corazón tejida en felpa. Me gustó, la miramos juntas Jennifer y yo, tomamos fotos, y poco a poco la desbaratamos para ver si éramos capaces de volver a armarla. Mientras Jennifer trataba de tejarla de nuevo, yo entré al internet buscando unas instrucciones escritas o en video que nos podrían enseñar y mostrar como es el proceso de armar un corazón de ésos. Y lo encontré. Y aunque Jennifer ya había logrado volver a armarlo, del video en YouTube aprendimos unos puntos claves que no habíamos percatado solas, como: los cortes con las tijeras tienen que ser de una medida exacta – el corazón se arma al revés – y nuestra mayor sorpresa fue descubrir que, aunque el resultado final es un corazón hermoso, el material inicial son dos rectángulos ovalados. Practicamos armarlo un rato las dos, junto con la instructora. Y después, con orgullo dijimos a Brent: “¡Somos tejedoras de corazones!”

                                                                                                             

Cuando lo pensé, me di cuenta que las dos somos tejedoras de corazones no solo de corazones de felpa. En un sentido mucho más trascendental, Dios nos ha llamado a ser tejedoras de corazones de las personas que tenemos a nuestro alrededor. Cuántos no llegan a nuestras vidas con el corazón aporreado, quebrantado, aplastado, herido, sangrando. Y nuestra habilidad de escuchar con empatía, nuestras preguntas claves, nuestros consejos sabios, y nuestras oraciones – todos como cortes con tijera exactos y precisos – son usados por Dios para volver a tejer los corazones. Muchos llegan con el corazón tan apachurrado que el material inicial ni parece un corazón, y muchos llegan con el corazón “patas arriba” – pero, tejiéndolo con cuidado y con amor, poco a poco se va sanando y restaurando, poco a poco se va asemejando a un corazón conforme al corazón de Dios, puro y agradable delante de Él.

                                                                                              

Lo bonito del corazón de felpa que Jennifer y yo aprendimos a tejer, es que no es un simple corazón plano – es una canastica en forma de corazón – es un corazón que se puede llenar con dulces y detallitos ricos que traen alegría y deleite. Así como debe ser el corazón de todo ser humano: nada plano, sino una “canasta” para poder recibir y poder dar en plenitud y en abundancia todo lo que se haya encontrado y obtenido en Cristo Jesús.

Amig@: ¿cómo está tu corazón hoy? ¿Desbaratado y necesitando alguien quien lo pueda armar de nuevo? Dios mismo es el mayor “Tejedor de Corazones” que hay, y lo hace si uno se Lo pide: a veces con “tiras” de bondad y ternura, otras veces con “tiras” de firmeza y disciplina – pero siempre con amor infinito. Y lo hace teniendo bien claro cuál es el resultado final al que está apuntando: un corazón hermoso, limpio, y en armonía con el mismo corazón de Él.

                                                                                             
 
¿O será que Dios te está pidiendo hoy que seas tú un tejedor de corazones, que seas tú las manos y el alma visibles que Dios quiere usar para re-armar un corazón herido y quebrantado? Parece complicado, pero con las instrucciones que Dios provee, y con la determinación de aprender a hacerlo, hoy tú también puedes ayudar a que el corazón desbaratado de alguien a tu alrededor sea reconstruido y restaurado otra vez, hoy tú también puedes ser un “tejedor de corazones”.

                                                                                             
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