La Serie 3:16 - Lucas 3:16

La Serie 3:16 - Lucas 3:16

Martes, 29 de Septiembre del 2020

 

 

“Respondió Juan, diciendo a todos:

Yo a la verdad os bautizo en agua;

pero viene uno más poderoso que yo,

de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado;

él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”

 

Antes de entrar a las palabras tan asombrosas que Juan habló, entendamos primero algo del contexto:

 

¿A cuál Juan se está refiriendo Lucas? ¿De quienes está hablando cuando dice “a todos”? ¿Y a qué exactamente está respondiendo Juan?

 

Lucas está hablando de Juan el Bautista, el primo mayor de Jesús. 

 

“A todos” son “las multitudes que salían para ser bautizadas por el” en el Rio Jordán (v.7).

 

Y sus proclamaciones son la respuesta a las preguntas que tenían en sus corazones “si acaso Juan seria el Cristo” (v.15). 

 

Juan empezó diciendo: “Yo a la verdad os bautizo en agua” para arrepentimiento (Mateo 3:11). Es decir, su bautismo en agua era evidencia de arrepentimiento. El bautizaba con agua, o sumergía en agua, a aquellos que mostraban evidencia de haber confesado su pecado y haber sido lavado del mismo – aquellos que habían tomado la decisión de apartarse de los ídolos y de cosas vanas para adorar al único Dios viviente y verdadero. Y este bautismo en agua era importante.

 

Pero él sabia que tenía que dejarlo completamente claro que había Otro que venía después de él – Alguien mucho más poderoso, mucho más santo, y mucho más glorioso que él – Alguien de quien él no era digno ni siquiera de desatar la correa de su calzado. 

 

Y este Alguien iba a hacer mucho más – algo mucho más profundo y poderoso – que una sencilla demostración exterior de bautismo en agua. Este Alguien bautizaría en el Espíritu Santo y con fuego, con un poder extraordinario sobrenatural desde el cielo para vivir una vida inspirada por Cristo y para servir en un ministerio exaltando a Cristo. 

 

¿Y qué tal tú? ¿Tú conoces este bautismo en agua? ¿Tú conoces este bautismo en el Espíritu Santo y con fuego? Te animo a que te sumerjas en Jesús – y luego a que busques tanto el bautismo en agua como el bautismo en el Espíritu Santo.

 

¡Tu vida nunca jamás volverá a ser igual! 

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