A La Sombra de las Alas de Dios: Pensamientos del Legado de Geoff Richards - I

A La Sombra de las Alas de Dios: Pensamientos del Legado de Geoff Richards - I

Martes Enero 24, 2023

 

He estado pensando tanto en la frase favorita de mi amigo Geoff Richards en todos estos días: 

YO NO VIVO BAJO LA SOMBRA DE LA MUERTE - 

YO VIVO EN CRISTO QUIEN ES MI VIDA. 

Geoff vivió hasta sus 80 años, más o menos - pero murió hace unos 5 años ya. El sabía de lo que hablaba cuando hablaba de “la sombra de la muerte”. Porque, por muchos años él padeció de cáncer, un cáncer que plagó todo su cuerpo, un cáncer que a veces era muy activo y otras veces estaba en remisión. La posibilidad de la muerte, su sombra oscura y fría, lo amenazó diariamente por años. 

Pero Geoff entendió algo que pocos de nosotros lo entendemos. Con ojos que veían más allá de lo visible, él entendía que una muerte inminente, su sombra que parecía cubrirlo día tras día, solo se disfrazaba de su realidad. Su realidad más profunda y más alta era la verdad de que su vida estaba escondida en Cristo, y que Cristo era su vida. Aunque la muerte fingía tener el poder de golpearlo en cualquier momento, era Jesús quién poseía la llave de su muerte - y solo cuando El consideraba que el tiempo era bueno y aceptable, solo entonces Geoff iba a pasar de la vida aquí, a través de la muerte, a una vida al otro lado de la eternidad. 

YO NO VIVO BAJO LA SOMBRA DE LA MUERTE - 

YO VIVO EN CRISTO QUIEN ES MI VIDA.

¿Y qué de mí, hoy en el 2023? ¿Dónde vivo yo? No fisicamente hablando, sino hablando espiritualmente y eternamente. Con todo lo que está pasando en el mundo en estos días, fácilmente me podría engañar a mi misma, falsamente creyendo que vivo bajo la sombra de la muerte: la sombra del covid, la sombra de otra enfermedad terminal, la sombra de un accidente, la sombra de un terremoto u otro fenómeno natural, la sombra de una posible guerra mundial… la muerte de sueños y planes rotos, de ministerios y relaciones rotas… La lista podría seguir y seguir - y yo podría creer y sentir que la sombra de todas estas “muertes” se está alzando formidable e imponentemente sobre mí, y que un día me va a destruir y matar completamente. 

O, podría aprender a ver y a vivir como Geoff lo hizo: sabiendo sin duda alguna que mi vida no se vive bajo la oscuridad y el temor de la muerte, sino se vive en libertad en la luz y en la vida resucitada y muy viva de Cristo - sabiendo que no estoy expuesta para la matanza bajo la sombra de la muerte, sino escondida para ser protegida y guardada bajo la sombra de las alas de Dios. 

El Salmo 91:4 dice: “Pues [Dios] te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!”

El Salmo 36:7 dice: “¡Cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas.”

El Salmo 57:1 dice: “Ten compasión de mí, oh Dios; ten compasión de mí, que en ti confío. A la sombra de tus alas me refugiaré, hasta que haya pasado el peligro.”

No, no vivo bajo la sombra de la muerte, por más que esa sombra de muerte quiera disfrazarse como mi realidad. Mi verdadera realidad es que vivo a la sombra de las alas de mi Padre celestial - donde encuentro refugio, Su gran amor, Su compasión mientras el peligro y la destrucción aquí en la tierra hayan pasado. 

Uno de los pasajes bíblicos preferidos de Geoff, uno que no solamente se lo sabía y citaba, pero uno que vivía profundamente, eran las palabras de Deuteronómio 30:19-20: 

 

Todos los días, cada momento de cada día, Geoff tomaba la decisión consciente de ELEGIR LA VIDA y no la muerte, de elegir la bendición y no la maldición. Cada día, y cada momento de cada día, él escogió amar al Señor su Dios, Le obedecía y Le era fiel. El sabía, sin duda alguna, que el Señor era su vida, que de El dependía su vida, que por El viviría por mucho tiempo. 

Geoff entendió que la sombra de la muerte no tenía poder alguno sobre él. Su vida aquí en la tierra estaba escondida para bien a la sombra de las alas de Dios, donde él vivía en luz y amor y misericordia, y en una vida verdadera y real hasta que el día cuando Cristo lo llamó a seguir viviendo en su hogar eterno en el cielo. 

Que yo, que todos nosotros, aprendamos a vivir así: no en temor y en esclavitud constantes bajo la sombra de la muerte - sino en confianza y en libertad, escondidos en la luz y en la vida de Cristo a la sombra de las alas de nuestro Padre celestial. 

YO NO VIVO BAJO LA SOMBRA DE LA MUERTE -

YO ME REFUGIO Y VIVO A LA SOMBRA DE LAS ALAS DE DIOS.

 

 

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