Gracias a Dios Por Un Nuevo Amanecer

Gracias a Dios Por Un Nuevo Amanecer

Viernes, septiembre 13 del 2013

Ayer: otro día - otro amanecer - otra salida del sol.


Desde la ventana de mi alcoba, a las 5:45 de la mañana, muchas madrugadas se ven muy parecidas: es el mismo cielo, es el mismo sol, es el mismo paisaje que tengo frente a mí todos los días. Pero aun así, cada amanecer es único – cada salida del sol es especial.

Y ayer por la mañana, otra vez, fue así: un cielo de un azul claro, desvaneciéndose a varios tonos de rosado, naranja y amarillo – nubes de algodón y montañas grises en el fondo – las siluetas de un pino y un aguacate al frente. Una belleza de la creación de Dios, reflejando Su soberanía y Su paz,  anunciando un nuevo día lleno de las fieles promesas de Dios.

¡Gracias a Dios! por las cosas en el universo y en mi vida que cambian y se renuevan – porque traen progreso y madurez, restauración y perfección. 

-    siglos de estudios y descubrimientos científicos han comprobado que absolutamente todo en nuestro universo está en movimiento constante: nuestro planeta Tierra rota alrededor de su propio eje y alrededor del Sol al mismo tiempo; nuestro Sistema Solar se mueve continuamente dentro de la Vía Láctea; y la Vía Láctea todo el tiempo se está acercando a algunas y alejando de otras Galaxias dentro del Universo
-    en la tierra misma, hay cambios continuos en el plano de los continentes y los océanos, gracias a las condiciones atmosféricas desde arriba y las fuerzas volcánicas desde abajo
-    los animales y las plantas que sostienen la vida en la tierra nacen y después mueren con vidas que oscilan entre algunas horas hasta varios siglos
-    nuestro cuerpo humano está en constante restauración: nuestras células, nuestra sangre, nuestro pelo, nuestras uñas – todo se está renovando continuamente
-    y en mi vida personal, siempre hay cambios, ¡gracias a Dios! – todos los días tengo la oportunidad para mejorar mis circunstancias, para aumentar mi fe, para crecer en virtud, para madurar mi modo de ser, para perfeccionar mi carácter

En resumen, todo en el universo, desde las más pequeñas partículas subatómicas hasta los cúmulos gigantescos de galaxias, está en un constante estado de cambio. Y aun así, en ese ajetreo aparentemente caótico, hay un orden escondido que mantiene todo en su lugar, hay una fuerza que mantiene una armonía en el universo.

Dijo Said Nursi, un teólogo kurdo del siglo pasado: “El Glorioso Creador del universo es auto-subsistente, es decir, Él subsiste, continua y perdura en Si mismo. Todas las cosas subsisten y continúan a través de Él, siguen existiendo y tienen su permanencia. Si esa relación de auto-subsistencia fuese cortada del universo por aun una fracción de un segundo, el universo se aniquilaría.”

¡Gracias a Dios! entonces por un Dios Altísimo y Soberano que nunca cambia, mientras todo alrededor nuestro y nosotros mismos siempre cambiamos. Gracias a Dios por un Dios que siempre ha sido, siempre es, y siempre será el Camino, la Verdad y la Vida. Gracias a Dios por un Dios que es completamente y eternamente fiel a Su corazón, a Sus propósitos y a Sus palabras.
 
Por eso, cuando veo otro amanecer más desde la ventana de mi alcoba – aparentemente con el mismo cielo y el mismo sol y el mismo paisaje, y aun así muy distinto y único –  Le doy infinitas gracias a un Dios que en verdad siempre es el mismo, un Dios que es inmutable, invariable, estable y firme. Como dice en Hebreos 13:8: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” ¡Amén!

Cuando Él me dice que Sus misericordias son nuevas cada mañana, así como cada salida del sol, entonces así es (Lamentaciones 3:22,23). Cuando Él me afirma que Su fidelidad alcanza hasta las nubes, así como el fiel amanecer de todos los días, entonces así es (Salmo 36:5). Cuando Él me asegura que Su bondad, guardada para los que Le temen y mostrada a los que en Él esperan, es inmensamente grande, entonces así es (Salmo 31:19). Cuando Él me declara que con amor eterno me ha amado y que es por eso que me ha prolongado Su misericordia, entonces así es (Jeremías 31:3).

Porque “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? (Números 23:19)

Ayer por la madrugada, al ver una nueva salida del sol, una vez más Le di gracias al Dios del universo y al Dios de mi corazón: en Su infinita sabiduría nos ha dado la incalculable bendición de que todo y todos en este mundo podemos cambiar y madurar, renovarnos y perfeccionarnos – pero al mismo tiempo, nos ha prometido que Él mismo nunca cambia, que Él es eternamente fiel a todo lo que es, todo lo que dice y todo lo que hace.

¡¿Cómo no amanecer y levantarme cada mañana entonces, agradecida y feliz que yo tengo otro día más para cambiar y mejorar – pero que el Dios de mi vida nunca cambia, y que todo lo que me ha prometido es verdad y seguro, por los siglos de los siglos?!
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