Corramos Con Paciencia

Corramos Con Paciencia

Martes, diciembre 31 del 2013


He estado tratando de aquietar mi alma y mi espíritu en estos días de tantas actividades y tanto trajín, queriendo escuchar la voz de Dios para mi vida al terminar este 2013 y al empezar el 2014. Hebreos 12:1-3 me ha venido una y otra vez a la mente y al corazón:


“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.” (Reina Valera, 1960)


Y en otra traducción: “Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo.” (NVI)


Oh Dios! Tengo una carrera por delante, una carrera determinada especialmente para mí – la carrera de mi vida aquí en la tierra. Al culminar el año 2013 y al iniciar el 2014, quiero correr el resto de la carrera que me quede en obediencia y con éxito. Por lo tanto, ayúdame a despojarme de todo lastre que me estorba: los errores de mi pasado, los problemas de mi presente, los temores de mi futuro. Y ayúdame a renunciar al pecado que me asedia: todas las cosas mal dichas y hechas que constantemente me pesan y me atormentan. Ayúdame a correr en perdón, en confianza y con fuerza, porque Tú me has dado completa libertad.


Ayúdame, oh Dios, a correr con mis ojos puestos en Jesús, y solo en Jesús. No en mis luchas y problemas, no en mis dolores y sufrimientos, no en mis decepciones y anhelos frustrados. Solo en Jesús: Él que un día fue el autor e iniciador de mi fe, Él que me la está perfeccionando día tras día, y Él que un día la consumirá.


Ayúdame, oh Dios, a correr mi carrera con paciencia: sufriendo y soportando mis propias “cruces”, menospreciando todo oprobio y toda vergüenza que me llegue, perseverando cuando hay oposición contra mí.


Al correr día tras día, y año tras año, ayúdame a no cansarme hasta desmayar, a no perder el ánimo, a no desalentarme en el corazón cuando la carrera se pone difícil y agotadora.

 
Cuando me lleguen los días difíciles, días de desanimo y tristeza, ayúdame a correr con la mirada fijada en el gozo que está puesto delante de mí, el gozo que me espera – cuando un día felizmente me sentaré junto con Jesús en la presencia del Dios Altísimo.


Y recuérdame, oh Dios, que alrededor mío hay una gran multitud de testigos, siempre levantándome el ánimo para seguir y no desmayar, para continuar y no desfallecer.


Esperando ya el nuevo año 2014, digo como lo dijo el apóstol Pablo en la epístola que escribió a los filipenses: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (3:13,14)

 

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