Confio En Ti, Jesus

Confio En Ti, Jesus

Martes, Enero 14 del 2014


Me asombra como el Espíritu de Dios a veces alinea los pensamientos de mi esposo con los míos: el domingo pasado él predico sobre “Donde Encontrar Refugio”, confiando solo en Dios – y yo ya había escrito la mayoría de esta reflexión titulada “Confío en Ti, Jesús” unos días antes. Aunque sea algo largo y un poco pesado, te animo a que lo leas todo hoy. Y luego, el resto de la semana, te hago un reto: regresa a las cualidades diferentes de Dios mencionadas, busca todas las referencias bíblicas, medita en las palabras y luego óralas para tu propia vida.


Y ahora … te tengo una pregunta: ¿cuáles son algunos de tus hábitos? Pueden ser buenos – y pueden ser no-tan-buenos. Yo, por ejemplo, tengo de los dos en mi vida. Algunos de mis hábitos son provechosos y una bendición tanto para mí como para los demás: trato de tener un tiempo de quietud, de reflexión y de oración en la presencia de Dios todas las mañanas; y me gusta tener mi casa y mi vida limpias y organizadas. Por otro lado, otros hábitos míos son exactamente lo contrario, una frustración y un obstáculo para todos: no he podido lograr una firme disciplina en ejercicio diario; y tiendo a ser una acumuladora, entonces tengo demasiadas “cosas” guardadas en mi oficina. Trato de mantener constantes mis buenos hábitos, y trato (bueno, más o menos) de cambiar mi hábitos no-tan-buenos – pero muchas veces (casi siempre) es una lucha montaña-arriba.


Entonces, no queriendo sumar otra carga y mas presion a tu vida y a la mia, pero si queriendo sugerir algo que seguramente las transformaría para bien, te hago otra pregunta: ¿por qué tú y yo no tratamos de formar un nuevo hábito en este año? En cualquier circunstancia en la cual nos encontremos, que en nuestros ojos sea buena o mala, aprendamos a decir y creer: “Confío en Ti, Jesús.”


Después de todo, ¿cómo no vamos a confiar en Él?


Él es el eterno Dios, Él que siempre ha sido, quien es, y que siempre será. Su nombre es “YO SOY EL QUE SOY”. (Apocalipsis 1:8; Éxodo 3:14)


Él es el soberano Señor sobre todo el universo. Él creó todas las cosas, en los cielos y en la tierra y debajo de la tierra – así, todo Le pertenece a Él; Él es el absoluto y supremo gobernante, y Él está en control total de todas las cosas. (1 Crónicas 29:11-12; Salmo 115:3)


Él es el Omnisciente, Él que todo lo sabe. Nada está más allá de Su percepción sagaz o su completo conocimiento. Cada una de las estrellas del cielo nocturno tiene un nombre puesto por Él – y Él tiene enumerados todos los cabellos en nuestra cabeza. (Isaías 40:28; Salmo 139:1-6; Salmo 147:4; Mateo 10:30)


Él es el Todopoderoso, Él que tiene todo el poder. Nada es demasiado difícil ni imposible para Él. (Job 26:14; Jeremías 32:27; Lucas 1:37)


Él es el Dios de eterno amor por todos Sus hijos, un amor tan ancho y tan largo, tan alto y tan profundo que va más allá de nuestro simple entendimiento humano. (Jeremías 31:3; Efesios 3:18-19)


Él es el Dios de infinita misericordia y de constante compasión, una misericordia que es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, una compasión y una piedad que Él anhela derramar sobre nosotros. (Salmo 103:8,17; Isaías 30:18; Lamentaciones 3:22)


El es el Dios de toda gracia, un favor no-merecido que Él da libremente a todos los que se lo pidan, una gracia que perfecciona, establece y fortalece. (2 Corintios 9:8; 1 Pedro 5:10)


Amig@: si tú y yo tomamos la decisión de formar este nuevo hábito,  si escogemos confiar en Jesús no importa la situación que venga a nuestra vida en este año – entonces nuestras circunstancias adversas se transformarán en grandes oportunidades para que Dios se revele en gloria y poder y amor en nuestras vidas.


¿Estás conociendo la presencia y la provisión de Dios en tu vida en estos días? Entonces, di y cree: “Confío en Ti, Jesús.” - ¿O te estás sintiendo solo y abandonado, luchando por sobrevivir? Allí también, di y cree: “Confío en Ti, Jesús.” Porque Él ha prometido nunca dejarte ni desampararte, y Él ha prometido que siempre tendrás lo que necesites en esta vida.


¿Estás viviendo en la plenitud de salud y de bienestar en este momento? Entonces, di y cree: “Confío en Ti, Jesús.” - ¿O estás librando una batalla contra una enfermedad temporal o fatal? Allí también, di y cree: “Confío en Ti, Jesús.” Porque Dios ha prometido o restaurarte a completa salud, o sostenerte y fortalecerte en medio de tu dolencia.


¿Estás disfrutando la bendición y la felicidad de tener a la familia y a los amigos cerca en este tiempo? Entonces, di y cree: “Confío en Ti, Jesús.”  - ¿O te estás ahogando en las profundidades de la desesperación y del duelo? Allí también, di y cree: “Confío en Ti, Jesús.” Porque Él ha prometido que, aunque a veces tendrás que andar por el valle de sombra de muerte, la presencia y los cuidados de Su vara y Su callado te infundirán aliento.


Querid@ amig@: este nuevo hábito no es fácil de formar. Las circunstancias difíciles en nuestras vidas siempre nos cogen de sorpresa, nos quitan el equilibrio, y nos dejan en un remolino de confusión y duda y temor. Pero si todos los días nos esforcemos por conocer más íntimamente Al que nos anima a que confiemos en Él, y cuando descubrimos que es completamente confiable – entonces este habito pronto nos será fácil y natural.


Aunque todo alrededor mío parezca desmoronarse y derrumbarse, habré aprendido a creer y decir: “¿Cómo no voy a confiar en Aquel del cual está escrito: ‘Mi escondedero y mi escudo eres tú; en tu palabra he esperado … Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; y no quede yo avergonzado de mi esperanza.’?” (Salmo 119:114,116)

 
Aunque la ansiedad y el temor quieran abrumarme al punto de perder toda fuerza y toda esperanza, habré aprendido a creer y decir: “¿Cómo no voy a confiar en Aquel que me ha dicho: ‘Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.’?” (Filipenses 4:6-7)


 Aunque mi corazón esté postrado y molido de dolor y tristeza, habré aprendido a creer y decir: “¿Cómo no voy a confiar en Aquel que me ha dicho: ‘Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos … Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu.’?” (Salmo 34:15,17-18)


“Confío en Ti, Jesús.” No importa lo que te traiga la vida en este año, no importa lo que pase y lo que no pase, acuérdate y cree que Él es eternamente bueno y amoroso, que El es perpetuamente fiel y confiable. En todo tiempo, en todo lugar, en todo circunstancia, aprende a decir: “Confío en Ti, Jesús.”

 

+ REFLEXIONES PARA LEER