Corazon de ADORADOR

Corazon de ADORADOR

Martes, mayo 6 del 2014

 

Esta mañana escuché una gran noticia: la “extraordinaria” Sheila Romero – cantante y salmista y adoradora de Jesús, proveniente de Puerto Rico pero cantando para Dios en muchos lugares de Latinoamérica ya – quiere incluir en una nueva producción musical que está trabajando una canción compuesta por Nicolás Gomez Guarnizo, un joven del Ministerio de Alabanza de nuestra Iglesia SHALOM aquí en Armenia.

 

¡Me siento feliz! ¡Me siento orgullosa! Estoy segura que ni Sheila, ni Nicolás, ni nadie sino Dios mismo sabe todavía cuánta bendición y cuánta ministración esa canción va a traer a todos los que, como ellos dos, están deseosos de tener un CORAZON DE ADORADOR.

 

Esta maravillosa noticia me recordó una reflexión que escribí hace año y medio, cuando estaba meditando en uno de los Salmos del Rey David del Antiguo Testamento, y haciéndome unas preguntas – las mismas preguntas que me vuelvo a hacer hoy, en otras circunstancias de mi vida, pero con la misma urgencia : en este momento, ¿cómo está mi corazón? ¿en medio de las dificultades y las luchas, las tristezas y el cansancio que estoy viviendo, ¿tengo un corazón pronto y dispuesto? si no, ¿por qué no? si sí, ¿para qué?

 

El Salmo 57, escrito por David al tener que huir de la persecución del Rey Saúl, habla acerca de tener un corazón pronto y dispuesto. David se encontraba en una situación crítica plagada de quebrantos, de infamia, de acoso, de gran peligro y de abatimiento. Hubiese sido normal y humano si tuviera el corazón lleno de temor, de angustia, de ira y de aflicción – el Rey Saúl injustamente lo estaba persiguiendo para matarlo – ¿qué más se podría sentir? Pero David tenía el corazón pronto y dispuesto para confiar en la misericordia, el amparo, el favor y la salvación de Dios – y tenía el corazón pronto y dispuesto para alabarle y cantar de Él. “Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto … Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; cantaré de ti entre las naciones.” (vs.7,9)

 

David era un adorador – en medio de las tormentas y las tribulaciones de la vida, él disponía el corazón para alabar y cantarle a Dios por la grandeza de Su misericordia y Su verdad, Su amor inagotable y Su fidelidad.

 

¿Y yo? ¿Qué hago yo cuando las aflicciones y el abatimiento de la vida me golpean y me quieren quebrantar y arruinar? ¿A qué está dispuesto mi corazón en esos momentos difíciles? ¿A la queja y al lamento? ¿O a la alabanza y al cántico? ¿Será que tengo un corazón de adorador como lo tenía David?

 

Y el reto es mayor aun: ser un adorador como David no implica solo alabar y cantar cuando estoy alegre o cuando estoy agobiada; ser un adorador es un estilo de vida, e incluye todo mi ser, todas mis palabras, todas mis acciones, hasta mis pensamientos y mis sentimientos. Todo lo que soy y todo lo que hago, mi vida completa y entera debe ser apartada y consagrada delante de Dios.

  

Como el corazón de adorador de David, que era conforme al corazón de Dios mismo, el corazón de un adorador hoy en día debe estar pronto y dispuesto a: 

 

Aagradecer, en todo y por todo

 

Ddar: de su dinero, su tiempo, sus habilidades, sus dones – y con alegría

 

Oobedecer, para recibir bendición

 

Rrenunciar, privarse de algo preciado

 

Aamar: a Dios, al prójimo y a la creación – expresándolo en palabras y acciones

 

Ddedicarse, apartarse y consagrarse totalmente

 

Oorar, con humildad, buscando el rostro de Dios, y convirtiéndose de sus malos caminos

 

Rrendirse, someterse y entregarse a otro

 

Dice el Salmo 24:3-5 = “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. El recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación.”

 

Este es el reto para mí, y para cualquier creyente en Dios que quiere obedecerle y agradarle. Porque tener un corazon de adorador no implica solamente que cantemos afinado y toquemos con destreza nuestros instrumentos cuando estamos en la iglesia. Significa que nuestras vidas enteras sean íntegras e intachables delante de Dios. Sí – es importante que, sean nuestras circunstancias de vida como sean, tengamos un corazón dispuesto a alabar al Señor entre los pueblos y cantar de Él a las naciones. Pero más importante aun es, en todo momento de nuestras vidas, tener un corazón consagrado y puro, recto y honrado delante de Él y delante de los hombres.

  

Amig@: ¿eres tú un ADORADOR conforme al corazón de Dios? Yo sí lo quiero ser. Por eso, tomo la decisión ahora, en medio del cansancio y la tristeza de mi alma, de cantar de voz en cuello la cancion ALABA A DIOS – una maravillosa cancion que nos anima y nos inspira a alabar a Dios en medio del llanto, de la prueba y del sufrimiento. Te invito a hacer lo mismo.

 

http://www.reflectionsforliving.com/video/74/alaba-a-dios-danny-berrios/

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