Agarrados Por Dios

Agarrados Por Dios

Martes, 29 de abril del 2014

 

Escribí esta reflexión hace exactamente dos años. Fue una de las primeras reflexiones que publiqué en Reflections For Living.

 

Hoy, la quiero compartir de nuevo. Porque hoy, tanto yo como muchas otras personas de nuestra iglesia necesitamos recordar esta promesa para nuestras vidas. Porque hoy, por más hondo que sentimos que estamos cayendo, la verdad es que Dios nos tiene agarrados.

 

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia … Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.” (Isaías 41:10,13)

 

Me fascinan estos dos versículos de Isaías 41. Y me fascina leerlos juntos. Dos veces Dios nos dice que no temamos, sea la situación en la cual nos encontremos que sea, simplemente porque Él es Jehová nuestro Dios y Él está con nosotros. Dos veces nos promete que Él nos ayudará, siempre. Y nos asegura que nos esforzará, y por tanto no debemos desmayar.

 

Pero más que todo, me fascinan estos dos versículos por la imagen que sugieren: “… siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia … Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha …” Imagínalo: la diestra, la mano derecha, de Dios agarrada de tu mano derecha, sustentándote, siempre. La diestra de Dios es una mano de justicia y de rectitud, y por eso te puede sostener y defender. La diestra de Dios es una mano que agarra la tuya para nunca soltarte. Esta imagen evoca una sensación de poder, de seguridad, de confianza y de descanso – con la mano poderosa de Dios aferrada a la tuya, no hay que temerle a nada ni a nadie. “… Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmo 27:1b)

 

Amig@: la próxima vez que te encuentres cayendo en un hueco sin fondo, o aprisionado “entre la espada y la pared” como se dice coloquialmente, recuerda esta imagen. Recuerda con fe que Dios no te ha dejado solo. Recuerda con convicción que la mano derecha de Dios se ha asido de la mano derecha tuya, y que nunca te dejará, nunca te abandonará, nunca te soltará. Puedes contar con Su diestra de justicia, siempre.

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