Contempla A Dios

Contempla A Dios

Miércoles, Agosto 13 del 2014

 

No había escuchado la canción en meses – de hecho, se me había olvidado. Pero la semana pasada, en el avión rumbo al Canadá, decidí escuchar una música – y la volví a descubrir. ¡Qué bendición! Me tuve que esforzar para no cantar en voz alta y levantar mis manos en alabanza a Dios allí mismo en la fila 26 del Boeing 767 que me estaba llevando de regreso a la tierra de mi nacimiento para visitar a mis padres y unos amigos.

 

¿La canción que estaba escuchando? “Contempla A Dios” de Sovereign Grace. Allí estaba yo, volando unos 10,000 metros en el aire sobre el Caribe, mirando los mares y los países debajo de nosotros, y escuché estas palabras de una nueva manera:

 

“¿Quién formó las olas al hablar?

¿Quién contó la arena en el mar?

Reyes, pueblos, tiemblan a Su voz,

La creación Le rinde adoración.

Contempla a Dios

En Su trono está

Venid y adoradle

Contempla al Rey

Nadie es como El

Venid y adoradle.”

 

¿Cómo no iba a irrumpir en adoración y canto? ¡Sí, allí mismo en el avión! Estaba tentada a tirar toda precaución y todo respeto al viento, y hacerlo de todos modos. Pero como dije, no lo hice. Bueno, en voz alta no lo hice. ¡Sí lo hice en mi corazón! ¡Y también levanté un poco mis manos en alabanza!

 

Sabes, cuando tú estás a unos 10 kilómetros arriba en el cielo, muy por encima de las nubes y toda la tierra y todo el agua que parecen ser como nada debajo de ti, y cuando puedes ver todo un poco como Dios quizás lo ve – entonces tu propia casi insignificante pequeñez y la infinita grandeza de Dios cogen perspectiva.

 

Y las palabras de Dios a Job vienen a la mente: “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?
 Házmelo saber, si tienes inteligencia … ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes?
 … ¿Quién encerró con puertas el mar … Y establecí sobre él mi decreto,
 le puse puertas y cerrojo, y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante … ¿Has considerado tú hasta las anchuras de la tierra?
 Declara si sabes todo esto … ¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz,
 y dónde está el lugar de las tinieblas … ¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos?
¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?” (Job 38)

 

¿Estaba yo cuando la tierra fue creada? ¡Claro que no! ¿Puedo yo saber y entender las ordenanzas de los cielos y de la tierra? ¡Claro que no! Como dije: Dios = ¡tan, tan grande! Y yo = ¡tan, tan pequeña!

 

Y la canción “Contempla A Dios” sigue:

 

“¿Quién Le dio consejo al Señor?

¿Quién cuestiona lo que El habló?

¿Quién al sabio Dios puede enseñar?

¿Quién comprende Su gran majestad?

Contempla a Dios

En Su trono está

Venid y adoradle

Contempla al Rey

Nadie es como El

Venid y adoradle.”

 

Y Dios y Job continúan: “Además respondió Jehová a Job, y dijo: ¿Es sabiduría contender con el Omnipotente?
 El que disputa con Dios, responda a esto … Cíñete ahora como varón tus lomos;
 Yo te preguntaré, y tú me responderás. ¿Invalidarás tú también mi juicio?
¿Me condenarás a mí, para justificarte tú? ¿Tienes tú un brazo como el de Dios?
¿Y truenas con voz como la suya?” (Job 40)

 

¿Cómo podría pensar que yo podría cuestionar o contender con el Señor, que yo podría comprender Su gran majestad, que yo podría enseñarle o aconsejarle cuando solo El todo lo sabe? ¿Cómo podría creer que yo tuviera un brazo como el de Dios, o que mi voz tronara como la de El?

 

“Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes,
 y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?
 Por tanto, yo hablaba lo que no entendía;
 cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré;
 te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído;
 mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco,
 y me arrepiento en polvo y ceniza.” (Job 42)

 

Allá arriba, muy por encima de las nubes y la tierra y los mares, aunque estaba volando en un avión todo moderno y veloz de un continente al otro, de nuevo me acordé que yo no soy más que el más mínimo puntico en este universo tan inmenso y tan increíble que Dios creó.

 

Dios, y solo Dios, es Él que sabe y puede hacer todas las cosas.

Dios, y solo Dios, es Él que tiene el brazo de poder y la voz de trueno.

Dios, y solo Dios, es Él que pregunta y me deja en silencio. 

 

A mi solo me corresponde agachar la cabeza, postrarme, y cantar con humildad:

 

“Contempla a Dios

En Su trono está

Venid y adoradle

Contempla al Rey

Nadie es como El

Venid y adoradle.”

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