Su Don Inefable

Su Don Inefable

Miércoles, noviembre 27 del 2013

 

Una cosa que me gusta hacer cuando regreso a Norteamérica es comprar una o dos revistas para leer, de las que no puedo conseguir en Colombia, Suramérica donde vivo ahora.

 

El año pasado, en esta misma época, mi esposo y yo estábamos en Miami, donde a él le habían pedido predicar en una iglesia allá en esa ciudad. Mientras él se quedó en la habitación del hotel terminando de preparar sus sermones, yo fui al supermercado y compré una revista. Woman’s Day fue la que me llamó la atención – la edición de Diciembre 2013. Me acuerdo tanto …

 

La portada presentaba “57 Ideas Divertidas Para Las Fiestas de Navidad – Nuevas Recetas, Manualidades y Regalos” – “Como Ahorrar $...” – “Como Perder Kgs…” – y mucho más. Adentro, mirando muy por encima, había paginas y paginas acerca de las festividades que se avecinaban: “noticias de belleza”, “ropa y accesorios”, “comidas”, “galletas”, “regalos y detalles” – y muchas más actividades relacionadas con la Navidad …

 


Y luego, ya mirando la revista más detalladamente, vi algo que me sorprendió por completo. Allá en la parte superior de la pagina 4 en una de las páginas del Contenido de la revista, en una fuente pequeña pero allí estaba, leí esto: “¡Gracias a Dios por su don inefable!” (2 Corintios 9:15)

 


¡Estaba asombrada! En medio de todo lo “festivo” y “navideño” que llenaba la revista, allí estaba plasmado un recuerdo de que la Navidad verdaderamente comienza con Cristo – que en todo el dar y recibir de regalos en familia y entre amigos que viene con esta época del año, hay un regalo que es extra-especial: un regalo que viene de Dios en los cielos - un regalo que es “inefable”, es decir único y sublime, indecible e indescriptible en su grandeza – un regalo que demanda la gratitud más profunda de nuestros corazones – el regalo de Jesucristo, el amado Hijo de Dios. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16) Como escribió el autor Max Lucado en su libro EL ESCOGIO LOS CLAVOS: “Los regalos de Dios derraman luz en el corazón de Dios, el corazón bueno y generoso de Dios … Cada regalo revela el amor de Dios, pero ningún regalo revela su amor más que los regalos de la cruz. Estos venían, no envueltos en papel, sino en pasión. No estaban alrededor del árbol de Navidad, sino en una cruz. No estaban decorados con cintas de colores, sino salpicados con sangre.”

 

¡Sí, Jesucristo es el regalo así de único y sublime, indecible e indescriptible! Un regalo de supremo amor y pasión, generosidad y sacrificio – un regalo que, al nosotros recibirlo y creerlo, nos ofrece vida: abundante y eterna. ¡¿Cómo no vamos a dar gracias a Dios por semejante don?!

 

De hecho, hoy es el Día de Acción de Gracias en los Estados Unidos – y mañana empieza la época de la Navidad. Que mejor momento que ahora mismo para empezar a darle gracias a Dios por el Don sobre todos los dones, por habernos amado y habernos dado Su único Hijo para que nosotros disfrutáramos de vida eterna.

 

Y gracias, Woman’s Day: gracias por recordarme el año pasado y este año otra vez que, mucho más allá de las decoraciones y las comidas y los regalos y las fiestas navideños – la Navidad empieza con Cristo. 

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