Puestos Los Ojos En Jesus

Puestos Los Ojos En Jesus

Miércoles, 28 de enero del 2015

 

Hace un mes empezó otro año nuevo. Algunos, después de los días tan llenos de la época de la Navidad, pudimos descansar del corre-corre y volver a tomar aire y fuerzas para seguir. Pero, ¿cómo vamos a seguir en nuestro camino de la vida en este 2015? Esa es la pregunta. Y una sabia respuesta la encontramos en el libro de Hebreos de la Biblia…

 

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.†(Hebreos 12:1-3, RV1960)

 

Y en otra traducción: “Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo.†(NVI)

 

Oh Dios! Tengo una carrera por delante, una carrera determinada especialmente para mí – la carrera de mi vida aquí en la tierra. Al culminar el año 2014 y estando ya en el segundo mes del 2015, quiero correr el resto de la carrera que me quede en obediencia y con éxito. Por lo tanto, ayúdame a despojarme de todo lastre que me estorba: los errores de mi pasado, los problemas de mi presente, los temores de mi futuro. Y ayúdame a renunciar al pecado que me asedia: todas las cosas mal dichas y hechas que constantemente me pesan y me atormentan. Ayúdame a correr en perdón, en confianza y con fuerza, porque Tú me has dado completa libertad.

 

Ayúdame, oh Dios, a correr con mis ojos puestos en Jesús, y solo en Jesús. No en mis luchas y problemas, no en mis dolores y sufrimientos, no en mis decepciones y anhelos frustrados. Solo en Jesús: Él que un día fue el autor e iniciador de mi fe, Él que me la está perfeccionando día tras día, y Él que un día la consumirá.

 

Ayúdame, oh Dios, a correr mi carrera con paciencia: sufriendo y soportando mis propias “crucesâ€, menospreciando todo oprobio y toda vergüenza que me llegue, perseverando cuando hay oposición contra mí.

 

Al correr día tras día, y año tras año, ayúdame a no cansarme hasta desmayar, a no perder el ánimo, a no desalentarme en el corazón cuando la carrera se pone difícil y agotadora.

 

Cuando me lleguen los días difíciles, días de desanimo y tristeza, ayúdame a correr con la mirada fijada en el gozo que está puesto delante de mí, el gozo que me espera – cuando un día felizmente me sentaré junto con Jesús en la presencia del Dios Altísimo.

 

Y recuérdame, oh Dios, que alrededor mío hay una gran multitud de testigos, siempre levantándome el ánimo para seguir y no desmayar, para continuar y no desfallecer.

 

Estando ya en el segundo mes del año 2015, digo como lo dijo el apóstol Pablo en la epístola que escribió a los filipenses: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.†(3:13,14)

 

+ REFLEXIONES PARA LEER