A pesar de todos los golpes duros que nos da la vida - esos tiempos cuando parece que hay un atropello tras otro que nos tiran al suelo, algunos que nos aporrean y magullan mientras otros nos quebrantan…
Aun así: DIOS es bueno - Su misericordia perdura para siempre - Su fidelidad es eterna - Su amor por nosotros no tiene fin y no tiene límites.
El promete levantarnos del suelo, una y otra vez. El promete vendar nuestras heridas y sanar nuestros quebrantos, vez tras vez. Y lo hace.
Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará! Enemiga mía, no te alegres de mi mal. Caí, pero he de levantarme; vivo en tinieblas, pero el Señor es mi luz… Entonces me sacará a la luz y gozaré de su salvación. -Miqueas 7:7-9
