Un Arbol de Navidad de Austria
Cuando yo estaba creciendo en el Canadá, aunque en un hogar tradicionalmente austríaco, nuestro árbol de Navidad siempre era especial. Siempre era un verdadero, recién-cortado pino – siempre lo decorábamos el 24 de diciembre por la mañana – siempre lo decorábamos con adornos austríacos hechos a mano, verdaderos dulces y chocolates, una hermosa estrella coronando la cima, y verdaderas velas y verdaderas chispitas mariposa. En la noche del 24, después de una cena especial, mi papá iba solo al cuarto navideño donde estaba el árbol, encendía la chimenea, ponía villancicos austríacos a sonar, prendía las velas y las chispitas mariposa en el árbol, apagaba todas las demás luces – y luego nos llamaba a que viniéramos rápido. Los demás bajábamos las escaleras a mil, abríamos la puerta del cuarto navideño – y ¡GUAU! Qué hermosura nos esperaba! Todavía lo puedo ver en mi mente – y todavía puedo sentir en lo más profundo de mi corazón todo el deleite y el gozo y la paz que sentía al ver tanta luz y tanta belleza!
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