*Salmo 33:3a

*Salmo 33:3a

Martes, 12 de julio del 2016

 

No me lo podía sacar de la cabeza, por más que lo intentaba. Estoy segura que a ti también te ha pasado. Tu sabes, esa pequeña cancioncita tontica que tu escuchas en la radio mientras te vistes por la mañana – esa cancioncilla que escuchas como música de fondo en el ascensor camino al trabajo. Y de un momento a otro, la estás tarareando y cantando todo el día. Eso es lo que me pasó hace unos días. De una manera u otra, esa cancioncilla tontica se atascó en mi cerebro, y no fui capaz de desatascarla - ¡y ni siquiera me gustaba! Simplemente me daba vueltas y vueltas en la cabeza todo el día, ¡la misma canción una y otra vez!

 

En eso pensé cuando leí este versículo 3 del Salmo 33:

 

“Cantadle cantico nuevo;

Hacedlo bien, tañendo con jubilo.”

 

Porque algunas canciones viejas, cuando simplemente se repiten una y otra vez sin entendimiento, llegan a ser precisamente eso: viejas y desgastadas.

 

Claro que hay un lugar maravilloso para algunas canciones antiguas: canciones como los himnos y los coros de alabanza de antaño – los que aprendimos hace muchos años, que todavía nos traen memorias poderosas de la gracia y la fidelidad de Dios en el pasado.

 

Pero en la Biblia nunca se nos manda cantar cánticos viejos – porque parece que eso nos es natural y fácil. Mas sin embargo, sí se nos manda cantar cánticos nuevos – porque ésos los tenemos que trabajar, componer, aprender y practicar hasta que se hagan parte de nosotros.

 

Entonces, consideremos “Cantadle cántico nuevo”…

 

El Salmo 96:1 dice lo mismo: toda la tierra es desafiada a cantar un cántico nuevo.

 

“Cantad a Jehová cántico nuevo;

Cantad a Jehová, toda la tierra.”

 

Y el Salmo 98:1 también dice lo mismo, donde se nos anima a cantar un cántico nuevo porque Dios ha hecho maravillas – y porque Su diestra y Su santo brazo han alcanzado la victoria.

 

“Canten al Señor un cántico nuevo,

porque ha hecho maravillas.

Su diestra, su santo brazo,

ha alcanzado la victoria.”

 

¿Pero por qué? ¿Por qué se nos manda a cantar un cántico nuevo? Por qué nuevo, me pregunto…

 

Y Dios me recordó que, en Cristo soy nueva criatura – el viejo “yo” ya pasó, y el nuevo “yo” ha llegado (2 Corintios 5:17). ¿Cómo no voy a cantar una nueva canción entonces, si yo misma soy “nueva”?

 

Y me recordó que, cuando estoy en el pozo de la desesperación y en el lodo cenagoso, y cuando desde allí clamo a El y pacientemente espero que me responda – entonces me saca, y pone mis pies sobre peña para que mis pasos de nuevo se enderecen. Entonces, ¿cómo  no voy a tener “en mi boca [un] cántico nuevo” para El quien me ha rescatado de la oscuridad y de la muerte y quien me ha traído a la luz y a la vida? (Salmo 40:1-3)

 

Y me recordó que “el gran amor del Señor nunca se acaba, y Su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan Sus bondades; ¡muy grande es Su fidelidad!” (Lamentaciones 3:22-23) ¿Cómo no voy a cantar un cántico nuevo, entonces, de hecho todas las mañanas, si Sus bondades para conmigo “se renuevan” cada mañana”?

 

Y me recordó que debía olvidar las cosas antiguas y pasadas, porque El está haciendo algo nuevo en mi vida: donde hay desierto sin fin, El abrirá un camino – donde hay lugares áridos y desolados, El abrirá ríos de agua. Entonces, ¿cómo no voy a cantar una canción nueva, cuando El ha prometido hacer “algo nuevo” para mi? (Isaías 43:18-19)

 

Y en Apocalipsis 5:9-10 El nos ha dicho que, por Jesucristo – el Cordero de Dios y el León de la tribu de Judá que ha conquistado y ganado la victoria, y quien ha roto los sellos y abierto el rollo de la vida – los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos que están alrededor del trono un día entonarán una nueva (y sin duda exquisitamente hermosa) canción, diciendo,

 

“Digno eres de recibir el rollo escrito

y de romper sus sellos,

porque fuiste sacrificado,

y con tu sangre compraste para Dios

gente de toda raza, lengua, pueblo y nación.

De ello hiciste un reino;

los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios,

y reinarán sobre la tierra.”

 

Tantas “cosas nuevas” de parte de Dios, seguramente merecen “algo nuevo” de parte mía, pensaría yo… De vez en cuando al menos, un cántico nuevo desde lo más profundo de mi corazón agradecido…

 

Interesantemente, la palabra hebrea para “nuevo” – “chadash” – también significa “renovado” o “refrescado”. Entonces, supongo que no siempre tenemos que cantar canciones completamente nuevas, jamás antes cantadas, cuando alabamos a Dios. Supongo que también podríamos cantar canciones antiguas y bien conocidas, pero cantarlas de una manera renovada y refrescada – donde las palabras son intencionales y significativas y renovadas en nuestras mentes y corazones mientras las cantamos.

 

Entonces, ¿hoy no puedes sacar esa cancioncilla tontica de la cabeza? Trata de componer tu propio cántico nuevo. Quizás al principio no suena como mucho, pero con tal de que sea de corazón y cantado para Dios, ¡será música a Sus oídos!  

 

 

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